martes, 26 de octubre de 2021

Somos casa. Siempre. Eterno Hogar.

 Hay sonrisas que se te quedan en el alma...

Carcajadas...esbozos de muecas que suenan a nuevas porque no recordabas que alguna vez en algún momento te sentiste así durante toda tu vida.

Y acabas en el mismo sitio que tiene aroma a nuevo pero que ya conociste cuando te tocó, aunque no lo sabías. Y quedan rastros de todo sin haber logrado ser finalmente nada. Pero lo sientes todo. Y lo recuerdas como si fuera hace siglos cuando en realidad hace horas desde que respirabas en los mismos metros cuadrados mientras te acariciaban la espalda.

Qué has echo conmigo. Que estoy bien. Que sigo siendo la misma pero se que muero de ganas de ti. Que siguió mi vida como siguen las cosas que no tienen mucho sentido si no le damos motivos. 

Que sigo mirando a ver si apareces por la ventana, aunque últimamente aquí no sale mucho la luna. O al menos no la veo yo igual de bonita que cuando la vi contigo esa penúltima noche. Perdóname, pero no puedo utilizar palabras que suenen a finales cuando se trata de ti.

De noches hablando, de compartir en días sueltos lo que hay gente que no conoce de mi en años... de soltar. De agarrarte. Y mirarnos y saber que nunca nos íbamos a tachar. Ni a medir. Ni a limitar. Que yo era yo y tu eras tú y a nosotros en cuatro paredes no nos hacía falta nada más que eso. Una risa. Unas palabras. Alguna mirada de esas. Cuatro tonterías. Y a ti a menos de dos centímetros de mí. 

Y si el mundo por algún casual tuviera la idea de hundirse en aquel momento, no me iba a parecer una locura.


Me ha costado comprender por términos lógicos que te quiero. Que te quiero. Porque me importa más tu felicidad que la mía. Porque veo lo que puedes llegar a ser. Y tu no lo veías. Me hablabas a veces perdido y yo me quedaba pensando que si te vieras desde mis ojos entenderías todo lo capaz que eres.  Y aunque suene todo a final. Aunque estas cosas parece que se quedan como cuando te falta el aire...


Hoy te confieso que jamás me sentí más yo que contigo. Que me hacías mejor. Que me diste ganas de vivir. Que me sentí una puta diosa cada noche. Y que no era el sitio. Éramos nosotros. Desde que te vi. Porque hay cosas en la vida que no podemos evitar. Y me encanto que fuéramos caos, que fuéramos a revolucionarnos la vida y a mirar desde otros ojos.

Solo me queda decirte, que da igual donde esté. Porque hogar eres tu. Son las personas a las que necesitamos volver. O mejor dicho, de las que no sabemos irnos. Y tu te quedaste algo mío cuando me despedí de ti esa mañana.

Por eso sabía que a cualquier sitio podía llamar casa si eras tú quien abría la puerta. (ABRÍA, sin H)


Te quiero. Lo leas cuando lo leas.

Te echo de menos. Lo sabes. Y yo también lo sé.

Y me niego a pensar que fue mentira. Porque los ojos no mienten. 

Es absurdo, pero ven, vamos a respirar otra vez.


Datos personales

Mi foto
"Llegará cuando olvides lo que querías."