"Quieremé hasta el día que lluevan pianos"

Y seremos imposibles, pero nos miramos como si todo pudiera pasar cuando estamos juntos.

"Luego nos dimos cuenta de todo, de que ese verano fuiste mía, de ese olor a ti de buena mañana y de esos cafés que terminaban en besos, luego me dí cuenta de que te quería, de que te amé, de que las noches sin saber de ti o tenerte entre mis brazos eran mucho más complicadas y de lo que me costaba despertarme sin tu respiración como alarma, me di cuenta de que mi vida llevaba tu nombre escrita a fuego en mi piel, pero como suele pasar, me di cuenta tarde."

A veces lo eterno dura solo un par de segundos.

Tú eliges.

CAMINA Y EL MUNDO CAMINARÁ CONTIGO.

DETENTE Y EL MUNDO CAMINARÁ SIN TI. 

Tú.

Ya sé que es más fácil tirar la toalla que echarle valor, que nunca fuiste de aquellas mujeres movidas por el corazón, que te iban más los pantalones cortos que las faldas ajustadas, que no querías llamar la atención y por eso era por lo que se fijaban tantisimos hombres en ti. Sí, se que tuve fortuna al conocerte y al tenerte entre mis brazos, al amarte, al saber de que color es tu sonrisa, y a calcular cada centímetro de tu piel a contra luz. Se que tuve suerte al verte entre las sábanas de mi cama, y te diré algo, ahí, cuando estuviste desnuda en mi cama descubrí una de las maravillas del mundo, y me di cuenta de que tenía que cuidarte, de que no volvería a sentir nunca más lo que sentía cuando te tenía entre mis brazos, que ninguna mirada en el mundo lograría que yo sintiera miedo, frio, o calor como la tuya. Según tú, era un enamorado. Y puede que sí, pero tenía que compensar tu falta de cariño, ese que solo me dabas los días impares de cada mes, o algunos en los que te despertabas con el pie Izquierdo. Sí, era fácil descubrirte, pero muy díficil desengancharme. Tú, tan diferente al resto, tan parecida a mi, tan sumamente destructiva y a la vez creativa. Tú, que hacías de cuatro paredes arte, que sabías tocar la séptima sinfonía de Beethoven a besos, tú, que podrías acabar conmigo en una mirada, Tú, capaz de llevarme al cielo cada vez que me rozabas. Tú, aquella que un día acabó conmigo.

"Esta vez dejemos las cosas como están"

Nunca pensé repetir la frase, esa que decía algo de amor, algo de cariño, no se, la repetí hace mucho tiempo, creo que en el minuto en el que te conocí y me dijiste tu nombre. Suena extraño, pero a veces es mejor así, es mejor agarrarse a un clavo ardiendo, a tu sonrisa, a tu esencia, a esa manera que podrías llegar a tener si te dejo para destruirme de nuevo. Pero esta vez no lo voy a hacer, ya me sentí en el cielo una vez y me hicieron acabar bajo tierra, ya me rompí las costillas por alguien que no sería capaz ni de romper su sonrisa por mí. En fín, podríamos comenzar diciendo que de los errores se aprende, pero creo que de lo que realmente se aprende es de las caídas, de las decepciones y de los malos momentos. Se aprende de esa sonrisa que un día acabo por destruirte, de esos abrazos que acabaron por axfisiarte sin tocarte, y de esos labios que al igual que besaban de puta madre podían hacerte pedazos por dentro. No, esta vez no, esta vez se acabaron las promesas que acaban quemadas a fuego, se acabó pasar de amarte a olvidarte porque directamente ya ni te recuerdo. Se acabo el darte el poder para destruirme y que tú sin pestañear lo hagas. Esta vez se acabo confiar en alguien, darselo todo y luego perder.