jueves, 20 de junio de 2013

Como el café.

Como el café. Ellos se amaban a casi todas las horas del día. Menos unas cuantas, en las que el trabajo les impedía pensar en el otro. La base de su éxito se basaba en dejarse llevar. Tan solo eso, dejarse guiar por los sentimientos. Parece demasiado fácil, pero es muy difícil encontrar a alguien que también se deje llevar por el mismo sentimiento que tienes tú.

Como el café. Nada más despertar, a media mañana y después de comer. Esas eran sus horas para dejarse llevar por la pasión y enredarse entre las sábanas blancas de su cama. Luego, la noche, era para descansar de todo ese día, aunque alguna que otra vez también 'tomaban café' antes de dormirse. Tomaban una tacita de amor descafeinado, que si no luego se ponían demasiado nerviosos.

Como el café. Calientes. Cuerpo encima de cuerpo y mezcla de pieles. Se difuminaban sus contornos hasta que solo parecían uno. Y como la cafetera, ese ruido extraño que emite, ella gemía, sobre los oídos de él. Aquellos intensos segundos de orgasmos era como aquel café espeso y amargo, pero que te alivia la garganta. Ella le cogía de la cabeza y le besaba. Y la cintura de ella quedaba rodeada por las manos de él.

Como el café. Que tiene múltiples formas: con leche, cortado, solo, bombón... Ellos igual. En la mesa de la cocina, en la cama, en la hamaca del jardín o en la alfombra de pelo que adornaba el salón. No estaban hechos para la rutina, que el café tampoco, por sus múltiples formas de ser tomado.

Como el café. Casi negro. Como su futuro. Y que caduca. Como el amor. Simplemente llega el día en que ya no lo endulzas con azúcar y te empieza a disgustar. Entonces, llega el momento, en que dejas la taza llena sobre la mesa, te das cuenta que has aborrecido el sabor y te vas, dejando ahí el café.

jueves, 6 de junio de 2013

Nada queda de Antaño.

Ya ha pasado bastante tiempo.
Pero no tiene ni idea de como mi corazón se contrae cada vez que la pronuncian.
Se acerca otro mes sin usted, y no se, lo veo todo tan nítido, tan bizarro.
Y luego me paro a pensar y unos días puede que sería capaz de darlo todo por volver a sentir el roce
de tus dedos, ásperos. O quizá, tenga algunos momentos en que me gustaría volver a verme
reflejado en tus ojos, aunque solo fuese por última vez.
Es egoísta por mi parte, pero todo hay que decirlo, tú lo fuiste cuando te fuiste sin preguntar.
Aún así, tengo que decirte, que esto es palabrería, pura palabrería. Ya sabes que hasta a las personas
más despreciables les aparece la musa alguna vez, a si que no te dejes llevar por estas palabras de un
loco que tiene como compañero de viaje una buena botella de vino y que hoy, por las fechas que son,
o por que los cerezos han empezado a florecer, me acorde de ti.

martes, 4 de junio de 2013

Adiós a ti, y a tus promesas de mierda.

Un 'que te jodan' en el momento oportuno. No un 'hasta luego', no. No te confundas. Esto es un 'adiós' en toda regla, de los pies a la cabeza. Solo quiero echarte de menos una vez. No más. Solo quiero hundirme con el Titanic una vez. Y luego salir a flote aunque haga frío. Solo una puta vez eso de que las canciones me sepan a recuerdos. Solo una puta vez eso de que el humo de los cigarros escriban tu nombre. Yo solo muerdo el agua por ti una vez, que eso hace un daño de la hostia. Yo solo me disfrazo de ti una vez, y si tú te disfrazas de mí. Acuérdate de eso que decíamos que si queríamos, parábamos los relojes de todo el mundo y a la mierda los problemas. Acuérdate de cómo mi cama no sabía dormirme sin ti. Acuérdate de todas las promesas que nos hicimos en las servilletas de aquel bar que nos daba tequila del malo.

Y míranos, parece que ya no te acuerdes de cada una de estas letras escritas con nuestra tinta, con tu puño y con mis ganas. Parece que has prendido fuego a tus servilletas con ese tequila del malo y con las colillas de lo nuestro. Parece que la música ya ni te hable de mí ni de nosotros. Bueno, pues acuérdate, que yo no desafío la teoría de la energía de Einstein para que ahora vengas tú y me digas que las promesas también entran en el campo de la Física. Que las promesas sí que se destruyen y que también se transforman. Vale, pues quédate con mis ganas de 'nosotros'. Quédate con esa primera persona del plural, con ese 'siempre'. Quédate con las servilletas si quieres, y quémalas, que para olvidar el fuego va de puta madre. Pero, escucha, cuando te vayas, no te olvides de cerrar la puerta y de llevarte tu pedazo roto de mí, que ya no lo quiero. Y, acuérdate también de que esto es un 'que te jodan' en el momento oportuno, de que es un 'adiós' y no un 'hasta luego'.

Eso, quiero eso.

Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y me haga reir hasta cuando no tenga ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme en los bares y conocerme otra vez. Que me mire, le mire, y me tiemblen las piernas sin remedio.  Alguien que esté loco por mi, y no se le olvide decirmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea sólo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mi y deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Y que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata.

lovehistoryinyourhands

Es extraño, tú y yo, gritar y pelear, y sin más besarnos bajo la lluvia.
Maldecir tu nombre y amar esa forma tan demente que tienes de quererme.

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"Llegará cuando olvides lo que querías."