A veces
la única solución es abrazar el problema.
A veces, cuando quemas, incendio mi casa para
acercarme a ti.
A veces quiero que seas eterna, otras te quiero en formato real, te hago de carne y verso y hueso y beso
y nos follamos como quien sabe que nos queda un día menos de vida en este planeta.
A veces quiero que seas eterna, otras te quiero en formato real, te hago de carne y verso y hueso y beso
y nos follamos como quien sabe que nos queda un día menos de vida en este planeta.
A ratos
creo verte sin mí, a ratos me gusta imaginarme en tu pasado y pensar que nos
cruzamos algún charco sin darnos importancia. Que pasamos desapercibidas pero
que pasados unos metros miramos hacia atrás, como quien intuye que acaba de
oler por primera vez el perfume del amor de su vida.
A ratos creo saber por
qué te pintas los labios de rojo y la cara de mí, a ratos te comería todos los
ratos del día, el resto, lo hago muda de sonido, porque una vez me enseñaste a
hacerte el amor en silencio y desde entonces no recuerdo a qué se debe que el
ser humano tenga cuerdas vocales.
Perdóname por mirarte
así, es que yo también me suicidaría si fuese lágrima tuya y estuviese
condenada a recorrer esa cara de nubes para después saltar sin alas a ningún
vacío.
Esta mañana te hubiese
pedido que te casaras conmigo antes del desayuno, cuando te has despertado y me
has abrazado pensando que seguía dormida, por eso no te lo he pedido,
porque entonces he
sabido, con total seguridad, que tendré toda la vida para hacerlo.